Raquel Martí 8 months ago
Qué sensación de impotencia. Ver cómo una pequeña población se enfrenta, sin ningún lugar donde protegerse, una y otra vez a las armas más destructivas jamás creadas, y sin embargo, sus gritos de terror, su desesperación, su agotamiento, su miedo, no significan nada para los líderes internacionales.