loading . . . León XIV, enigma despejado De EE.UU no paran de llegar noticias de la **“guerra espiritual”** desatada tras el asesinato del ultraconservador seguidor de Trump **Charlie Kirk.** Dos ejemplos recientes. Uno: el pasado 11 de octubre, **6700 mujeres cristianas** ultraconservadoras acudieron en Dallas a un llamamiento “a todas las mujeres cristianas y conservadoras para un día impactante de enseñanza, compañerismo y adoración”. **Allie Beth Stuckey** , animadora del acto, explicó: “Esta es una lucha a la que está convocado todo cristiano, y no tiene lugar en un campo de batalla físico, ni tampoco en el espacio público. Esta es una batalla espiritual que se libra en los hogares, los vecindarios, las escuelas, el trabajo”. Para estas mujeres, **Kirk es un mártir pro vida que murió defendiendo la Biblia, la familia, el género y la sexualidad.** Dos: un espléndido reportaje de cómo se está librando concretamente esa guerra espiritual. Protagonistas: una chica vegetariana, bisexual que trabaja en bomberos y que comenta en Facebook a sus 400 seguidores el día del asesinato de Kirk: **“Qué alivio. Mis oraciones y pensamientos para el otro”** ; y un ex alcalde de un pueblo que comenta en redes a sus 1700 seguidores: “No dejéis pasar la gravedad de este momento. **Necesitamos hombres y mujeres de fe, valor y acción que combatan al enemigo de forma legal, abierta y sin miedo.** No podemos sacar las picotas. No podemos embadurnarlos con alquitrán y emplumarlos. Pero podemos hacer otra cosa. Exponerlos. Llamar a sus jefes. Volverlos famosos. Conseguir que los despidan. Y asegurarnos de tomar capturas de pantalla. **Esto es guerra.** Y así es como contraatacamos.”
Escribíamos hace poco que esa guerra espiritual, declarada en el homenaje a Charlie Kirk por **Pete Hegseth** , ministro de la Guerra de Trump, ha estallado precisamente bajo el pontificado del primer papa estadounidense. Estaba claro que el papa Prevost no iba a poder resistir mucho tiempo una diplomacia de equilibrio cuando se pusieran en tela de juicio cuestiones como la migración o los derechos. Pues bien: por fin, en estas dos primeras semanas de octubre se ha despejado el enigma que encerraba León XIV y, hay que decirlo, son buenas noticias. El papa que decepcionaba y despistaba a diestra y siniestra, el papa que no quería polarizar, mal que le pese, **en cuestión de días ha maravillado al progresismo católico y disgustado no poco a los ultraconservadores.** El motivo es que el papa Prevost se ha mojado de verdad en tres cuestiones espinosas: **migrantes, Gaza y pobreza.**
Además de publicar su primer escrito magisterial, _Dilexi te_, del que hablaremos más adelante, salió a defender de los ataques de los pro vida al **cardenal Cupich** , el cual había propuesto para un premio católico al senador **Dick Turbin** por su larga actividad en favor de los migrantes. Dijo León XIV en su defensa: **“Quien dice estar en contra del aborto pero a favor de la pena de muerte, no es realmente pro vida** …] Y quien dice estar en contra del aborto pero a favor del trato inhumano a los inmigrantes en Estados Unidos, no sé si eso es pro vida". Prevost dio también la cara por el Secretario de Estado, cardenal **Pietro Parolin** , el cual había dado una larga y dura entrevista sobre la situación en Gaza, en la que no ahorraba términos como **“carnicería”**. A raíz de ello, la embajada israelí en Roma acusó a Parolin de poder estar **“minando la paz”**. Entonces, León XIV zanjó la cuestión aseverando que Parolin había expresado perfectamente la visión de la Santa Sede. En el frente migratorio, León XIV se ha desempeñado también en varias audiencias y mensajes curiosamente con interlocutores todos ellos estadounidenses: se conmovió con las cartas y los vídeos de migrantes que le hizo llegar el obispo de El Paso (Texas); ensalzó en un mensaje la acción de la **Red de Caridades Católicas de EE.UU** en favor de los millones de personas que se acercan a la Iglesia de EE.UU en busca de ayuda; ídem con los líderes sindicales de **Chicago**. También el presidente de la **Conferencia Episcopal de EEUU** salió de la audiencia que les concedió el papa [reiterando que la migración, la polarización política y la fidelidad a Roma habían sido los asuntos centrales que habían tratado. **León XIV ha dejado claro que en lo migratorio va de frente** y, o es mucha casualidad, o, a juzgar por el origen de los interlocutores a los que se ha dirigido, le preocupa particularmente la situación al respecto en EE.UU.
Sin embargo, lo que más ayuda a esclarecer el enigma Prevost ha sido su primer documento magisterial, la Exhortación apostólica _**Dilexi te**_ sobre la pobreza. ¿Qué contiene _Dilexi te_ para que haya sido tan ensalzada en el progresismo católico (“magnífico documento”, Jesús Martínez Gordo; “las sensaciones han sido de maravilla”, don Vinicio Albanese, “destierra cualquier sombra de retorno involutivo”, José Manuel Vidal) como ninguneada o criticada desde el ultraconservadurismo católico? A mi juicio, el que León XIV haga suyos con convicción dos caballos de batalla del ala progresista de la Iglesia católica, y más concretamente, de Francisco: **la crítica al neoliberalismo y el rechazo de la teología de la prosperidad.**
En cuanto al neoliberalismo, León XIV afirma que **las fuerzas invisibles del mercado no lo van a resolver todo** (DT, 92) y que poco tiene de racional “organizar la economía pidiendo sacrificios al pueblo, para alcanzar ciertos objetivos que interesan a los poderosos; mientras que a los pobres sólo les quedan promesas de “gotas” que caerán, hasta que una nueva crisis global los lleve de regreso a la situación anterior” (DT, 93). Traducido: **creer en el dogma del mercado libre y el efecto derrame de la Escuela de Chicago es una pura insensatez.** La pobreza, en cambio, tiene causas estructurales, es un pecado social, un pecado estructural, como se sostenía desde la **Teología de la Liberación.**
Y por lo que se refiere a la teología de la prosperidad, tantas veces criticada por Francisco, el texto no deja lugar a dudas. Esos **“prejuicios ideológicos”**(DT, 13-15) que León XIV ataca y, según los cuales, los pobres lo serían debido a un “ciego y amargo destino”, o peor aún, porque lo eligen, derivan de la **peligrosa corriente neopentecostal evangélica** , la cual hace una lectura sesgadísima del Evangelio, curiosamente, en favor de las élites. León XIV advierte de la mundanidad que entraña optar por una **“pastoral de las élites”** : “en vez de perder el tiempo con los pobres, es mejor ocuparse de los ricos, de los poderosos y de los profesionales, para que, por medio de ellos, se puedan alcanzar soluciones más eficaces.” (DT, 114).
La teología de la prosperidad, antaño propia del neopentecostalismo, emponzoña también actualmente al catolicismo. Hace poco **Frank Hanna** , famoso filántropo católico estadounidense, dictó una conferencia en el **Napa Institute** , think tank católico ultraconservador, en la que mantenía, con profusión de citas evangélicas, que el beneficio era algo cristiano en sí y por sí; la inequidad, en cambio, algo puramente biológico y divinamente establecido, y no, como sostiene Marx, un mal humano. Según Hanna, **“la ganancia es simplemente el beneficio que resulta de una mezcla de la Providencia de Dios y el trabajo realizado por un ser humano”**. Esta ideología, tan sumamente funcional al “sueño americano”, se difunde ya desde instituciones dizque católicas.
Frente a ellas, la Iglesia latinoamericana de Puebla y Francisco antes, y ahora la de León XIV, defiende una **teología de la pobreza**(DT, 16). Sin enfermos, presos, migrantes y pobres, **no hay Iglesia que valga**. No concede nada en esto León XIV: “Muchas veces me pregunto por qué, aun cuando las Sagradas Escrituras son tan precisas a propósito de los pobres, muchos continúan pensando que pueden excluir a los pobres de sus atenciones” (DT, 23).
Ante semejante torpedo a la línea de flotación tanto del neoliberalismo como de la teología de la prosperidad, ciertos **ultraconservadores** se agarran patéticamente a la excusa de que este texto no es puramente de León XIV y desean concederle otra oportunidad antes de tacharlo de **socialista, comunista o hereje.** Pero es que ni así, puesto que en el preámbulo el papa reconoce haber heredado un proyecto de Francisco y, añade, “me alegra hacerlo mío –añadiendo algunas reflexiones–” (Dilexi Te, 3). No exageraba el cardenal Czerny en la presentación del documento, al afirmar que el texto era “100% de Francisco y 100% de León XIV”.
En conclusión: este papa, que **en la cuestión sexual se ha declarado ya abiertamente conservador** (“considero altamente improbable, al menos en un futuro cercano, que la doctrina de la Iglesia, en lo que respecta a lo que enseña sobre la sexualidad y el matrimonio, cambie”) en tiempos en que el anglicanismo sorprende nombrando a su primera “papisa”, no se pone de perfil en lo socioeconómico ni en lo ecológico. La continuidad con lo mejor de Francisco ha quedado clara. **Tan clara que los mayores enemigos De Francisco empiezan a criticar a Prevost.** Léase como prueba este tuit de **Carlo María Viganó** , antiguo nuncio apostólico en Washington, excomulgado en 2024 por no reconocer la autoridad de Francisco ni tampoco la del Concilio Vaticano II:
La **obsesión monomaníaca de Jorge Bergoglio** con la inmigración indiscriminada y la mestización encuentra un ferviente defensor en Robert Prevost. El traspaso no representó ningún cambio radical, ni doctrinal ni moral, ni político ni social [...]
La **Santa Sede** es cómplice del plan subversivo gestado por la élite globalista: presenta a los inmigrantes ilegales como víctimas y mantiene relaciones con quienes organizan su tráfico, mientras culpa a la población invadida, víctima de los atroces crímenes y la degradación que estas hordas cometen en nuestras ciudades. Finalmente, abusando de la autoridad moral del Papado, la **Iglesia Sinodal** equipara la inmigración, la pena de muerte y el aborto, para deleite de la **izquierda woke** y para gran escándalo de los movimientos provida. La connivencia de León [XIV] y sus obispos con la élite globalista es deliberada e intencionada.
Por lo visto, **la guerra espiritual contra Prevost ha comenzado.** A León XIV no le van a perdonar, como tampoco lo hicieron con Francisco, que su papado vaya a ser demasiado _político_. El ultraconservador **cardenal Müller** avisa: “La Iglesia no tiene que hacer política, sino ocuparse de los cristianos”. Hay una corriente católica que quisiera que se hablara sólo de sexo, pecado y que se dejara al mercado y las élites ocuparse de lo social, es decir, de sus sagrados beneficios. Y hay otra, de la que forma parte el papa, que tiene claro que **sin los pobres no se salva ni Cristo.** El presidente **Lula** , que sabe bien la importancia de la religión en la política, tiene claro su bando: “Le dije [a León XIV] que necesitamos crear un amplio movimiento de indignación contra la desigualdad y considero el documento [_Dilexi te_] una referencia, que debe ser leído y puesto en práctica por todos.”
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_**Gorka Larrabeiti**_ _es profesor de español residente en Roma._ https://www.infolibre.es/opinion/plaza-publica/leon-xiv-enigma-despejado_129_2080648.html