Esta es la historia de un músico y cantante de gran talento que daba clases en una escuela local. Hasta que de pronto, el mundo para él, empezó a tornarse muy extraño. Hilo va!!

Nuevo hilo!! 👇👇

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Fuentes: Fuentes: Sacks, Oliver. The Man Who Mistook His Wife for a Hat. Touchstone, 1998 Chávez, S., Cruz, F., Orozco, G. y Vélez, A. (2012). Procesamiento cortical de la visión: interacción de subsistemas parietales. Revista chilena de neuropsicología, 7, (3), 102-107.

Y este ha sido el hilo de esta semana. Muchas gracias por leer.

Aunque tiene sentido pensar que sea este tipo de agnosia, ya que, como vimos en el caso del guante, no lo pudo describir en su conjunto, si no que en base sus características.

Mientras que en la segunda, la forma del objeto sí es reconocida por la persona, pero es incapaz de interpretarla en términos de uso, origen, etc. La agnosia del doctor P muy posiblemente era del tipo asociativa, digo que "muy posiblemente" ya que Sacks en su libro no lo deja muy claro.

Los síntomas específicos pueden variar dependiendo de la causa que haya provoca de la agnosia. La agnosia visual puede ser: aperceptiva o asociativa. La primera consiste en que la persona que la padece no e capaz de reconocer la forma del objeto.

La agnosia visual afecta en concreto a la via ventral y está asociada a un daño en ambos lados del lóbulo occipital y temporal. Una persona con agnosia visual puede ver con normalidad, pero es incapaz de interpretar o reconocer lo que está viendo.

En dicha región del cerebro existen dos vías que facilitan el procesamiento visual y nuestra interacción con los objetos: La primera, la corriente o via dorsal, nos permite saber donde se encuentran los objetos. Y la corteza ventral que permite saber qué son.

Pero en fin: ¿Qué le ocurría al doctor P? Este paciente padecía lo que se conoce como: "Agnosia visual", una enfermedad que consiste en la incapacidad de reconocer objetos debido a un daño en la corteza visual.

Hay muchas cosas más que contar sobre el doctor P. sacks lo cuenta con gran detalle en su libro, dejo un link donde lo pueden leer gratis:

Hasta que algo lo interrumpía y lo sacaba de sí mismo. Claramente la música lo era todo para él. Era lo que mantenía su mente "en órbita".

Era como si de pronto se desconectara de la realidad, pero bastaba un estímulo, un olor o incluso una canción, para que su cognición volviera a flote. De hecho, una cosa curiosa es que muchas cosas las hacía cantando, para todo tenía una canción,: para el baño, la ropa, la comida, etc.

Por ejemplo en una ocasión él, su esposa y Sacks estaban almorzando, cuando un ruido hizo que el doctor P se paralizara por completo, era como si hubiese dejado de percibir la mesa, hasta que su esposa le preparó un café, y fue cuando volvió en sí, como si el olor a café lo hubiese traído de vuelta.

"Esto es un guante por tal y tal razón", el examinaba el objeto y describía sus partes por separado: "Es una superficie plegada sobre sí misma". A veces se paralizaba cuando escuchaba un ruido que lo interrumpía, pero volvía en sí cuando sentía algún olor que le recordaba lo que estaba haciendo.

Para el doctor P, los rostros eran como un rompecabezas que armaba en su mente, no los reconocía como un todo, no veía a la persona detrás del rostro, si no que percibía la caras como objetos abstractos. Lo mismo cuando analizaba otros objetos más cotidianos, como un guante, el no decía:

A veces reconocía a algún pariente por algún rasgo físico, pero no se podía asegurar que realmente estuviese reconocimendo a alguien o solo lo estuviese deduciendo en base a dichos rasgos.

El doctor P podía identificar figuras abstractas como un cubo o un dodecaedro, también podía identificar figuras en una baraja de cartas, pero no podía por ejemplo identificar expresiones faciales en una película. Tampoco reconocí las caras de su familia en fotos, ni siquiera la suya propia.

Pero lo más raro de todo vendría después: el doctor P por algún motivo pensó que la visita había terminado por lo que se dispuso a buscar su sombrero. Así que tomó a su señora por la cabeza y la acercó a la suya como si intentara ponerla como si fuese su sombrero.

Para el doctor P, esto era pan de cada día, hasta le causaba gracia. Otro de estos errores era que cuando veía una imagen no la percibía en su totalidad, no la percibía como un todo, si no que solo daba algunos detalles aislados, a veces incluso daba detalles inexistentes.

Esto llamó la atención del médico así que le ofreció ayuda, pero el paciente no parecía entender muy bien la instrucción o las preguntas del médico. No entendía a quién había que ayudar. Cuando Sacks le recordó que debía ponerse el zapato, se quedaba mirando a su pie y diciendo: ¿Este es mi zapato?.

Durante el examen de reflejos el paciente debía quitarse un zapato. Sacks, luego de pedirle que se lo volviera a poner, vio sorprendido como luego de un minuto y medio, el doctor P seguía sin ponérselo.

Empezó con un examen neurológico básico en donde se analizaron sus reflejos, tono muscular, etc. Sacks notó que los reflejos eran un poco anormales en el lado izquierdo del cuerpo. Entonces fue aquí cuando se dio la primera experiencia extraña:

Sacks también comenta que el paciente realizaba extrañas miradas en su oreja derecha, su nariz, su barbilla y luego a su ojo derecho. Era como si el doctor P lo estuviese analizando. El paciente decía no tener ningún problema con su vista pero que a veces cometía "errores".

Sacks cuenta que el paciente era un hombre simpático, culto y con un gran sentido del humor e imaginación. También hablaba con fluidez. Por lo que Sacks de inmediato dedujo que no se trataba de un caso de demencia, por lo que no entendía por qué lo habían derivado a un neurólogo.

Pero al rato empezó a notar algo extraño. Cuando conversamos con alguien, lo normal es que esa persona nos mire a los ojos. En el caso del Doctor P, si bien miraba a los ojos, lo hacía con cierta extrañeza, como si no estuviese poniendo atención con la vista y solo te estuviese escuchando.

Y el doctor P hizo caso, y ese neurólogo sería Oliver Sacks, un connotado divulgador y autor de libros como: "alucinaciones", "Un antropólogo en marte" y "el hombre que confundió a su mujer con un sombrero".

En esto libros, Sacks relata diferentes casos sorprendentes de personas que han padecido algún trastorno ya sea grave o no, y que ha marcado sus vidas, como en el caso del doctor P.

Doctor P no tenía problemas de visión, al menos no en sus ojos como tal, pero sí fue diagnosticado con un daño en la corteza visual. El oculista le dijo que al ser un problema cerebral, él no podía ayudarle y debía recurrir a un neurólogo.

Y al doctor P tampoco parecía importarle. Para él, estos errores eran tan raros e ingeniosos que no los veía nada negativo ni el presagio de algún problema. Hasta que tres años después le diagnosticaron diabetes, él sabía que esto podía afectar su visión por lo que fue a un oftalmólogo a chequearse.

Sus alumnos y colegas veían esto como una broma de parte de él. El doctor P tenía en general un sentido del humor extraño y tendía a hablar usando paradojas a modo de chiste, por lo que para el personal del colegio esto era normal.

Peo eso no rea todo, también veía caras en donde no las había, por ejemplo: Le daba palmaditas a las bocas de incendio pensando que eran cabezas de niños o saludaba cordialmente a las formas talladas en la madera, y se quedaba sorprendido al ver que no le contestaban.

Una de las cosas raras que le ocurrían era que no podía reconocer a sus alumnos, a menos que estos hablaran. Sólo podía reconocerlos por la voz, no podía reconocer sus caras.

No conocemos el nombre de este músico pero la neurociencia lo recuerda con el pseudónimo de: El "doctor P". Nombre usado para proteger su identidad, lo que es algo común en los casos clínicos.

Esta es la historia de un músico y cantante de gran talento que daba clases en una escuela local. Hasta que de pronto, el mundo para él, empezó a tornarse muy extraño. Hilo va!!

Y dices "voy a llamar para que se acuerden de" y entonces piensas "si ya no está, ya no falta acordarse de eso" y se te cae el mundo encima, da igual que sea un año después o cinco.

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No todo es Alzheimer: así actúan otras demencias.

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