—Toma, hijo: aquí tienes tus primeras katiuskas.
—Gracias, padre: honraré a los dioses del barro, del charco y de la lluvia, mi timón será el caos y mi horizonte la locura, ¡oh, humedad, yo te invoco!, ¡sean tus designios ese faro que desvía la razón en pos de un rumbo inédito!
—Vale, pero a modiño.
3 days ago