— Sutil, agarró la mano de Judas y tiró de ella hacia la salida de emergencia. La misma que había encontrado en los primeros minutos de haber entrado en el edificio. —

“Tenemos que irnos.” — No usó su voz, esperando que Judas fuese capaz de leer sus labios y repitió el mensaje una vez más. Algo le decía que, si el cuadro de Gino estaba aquí, los Sabini no andarían muy lejos. —

— La atención de Mattia continuó en el cuadro, callando algo de lo qué rápidamente se dió cuenta. Tenso, señalizó a Judas que deseaba marcharse. —

— Ese cuadro… Frunció el ceño, estudiándolo de lejos. —

Debo decir, anticipo más el post-evento. — Medio bromeó, recordando marcharse de otro evento junto al moreno. —

— Le mantuvo la mirada, claramente con algo en mente. Respiración calmada, inclinó su cabeza contra la palma de la mano contraria, una parodia de buscar su tacto. — Mejor que el último, aunque…

— Calló un comentario, absteniéndose por las caricias y quedando momentáneamente distraído por las mismas, acción a la que no acostumbraba. De soslayo, lanzó una mirada hacia Judas con sus azules, una pregunta silenciosa. —

/ voy a cenar !!

— Rodó los ojos, sacudiendo la cabeza con un leve suspiro aunque era imposible ocultar su sonrisa. — Supongo que me viene bien, — y bajó la voz. — no tendré que moverme de mi actual residencia.

— Le dedicó una sonrisa que prácticamente irradiaba luz, agradecido. —

… 𝑱𝒖𝒅𝒂𝒔, eso es mucho dinero.

— Era una cosa recibir parte del dinero por un cuadro pintado, y otra muy distinta oír a gente pujar por él frente a tí. Qué reconocieran su talento era algo de lo que jamás se cansaría. —

— Atento, escuchó las pujas una a una. Habiendo perdido recientemente su trabajo, dudaba qué malgastar dinero fuera una buena idea. —

— Despidiéndose de Dorian, le pareció captar a Elenora hablando con otros invitados. Buscó su mirada, dedicándole una sonrisa a modo de saludo, y fue a dar un sorbo de su copa… El cristal casi resbala de su mano, apartando su boca de la misma con una expresión extrañada. ¿𝙎𝙖𝙣𝙜𝙧𝙚? —

— En su cercanía, gravitó hacia el contrario. Cabeza inclinada, creando cierta intimidad en la conversación. Torció la nariz, ocultando una sonrisa pilla que quiso escaparle. ¿Cómo resistirse? — Entonces, una copa será suficiente.

Muchas gracias, el suyo también. ¿De dónde es, si me permite preguntarlo? — Inquirió, genuina curiosidad en su voz. —

— Había logrado hacerse camino entre el gentío y darle el encuentro a Dorian, espalda a la pared y copa en la mano, que mantuvo pegada a su torso para no derramar accidentalmente. Cejas arqueadas, encogió con sutileza sus hombros y le ofreció una sonrisa encantadora de las suyas. —

𝑯𝒎𝒎… — Subastas, negocios, exclusividad… Las típicas fiestas a las que acudían los miembros de la alta sociedad y los miembros del crimen organizado. ¿Volverían los Sabini? Esperaba qué no. Suspiró, sonriendo en un intento de bromear. — ¿Nos va a hacer falta, o sólo intentas emborracharme?

— Oh, no esperaba qué lo hiciera. Le dedicó una sonrisa amplía, asintiendo. — Puede llamarme Mattia Farnese, es un placer conocerle.

Está usted increíble, maddona Smirova.

— Hubo un instante de vacilación, mas acabó por ser contagiado por esa sonrisa y la calma que radiaba. Con un leve asentimiento, volvió a tomarle del brazo y continuó andando. — Lo aprecio, gracias. Por cierto, ¿qué suele hacerse en estos eventos?

II 𝗚𝖺𝗹𝖺 𝘆 𝗦𝗎𝘣𝖺𝙨t𝖺 𝖽𝗲 𝝦𝙧𝗂𝗺𝖺𝘃𝗲𝙧𝖺 .

— Sin alejarse demasiado de su acompañante, Mattia busca con la mirada al anfitrión del evento. Una cara qué, a decir verdad, no ve desde aquélla noche en el hotel. Tentado, pilló una copa de un camarero que pasaba, sin probarla aún. —

— Inquieto, así se sentía bajo esas miradas. El incidente del hotel, si bien un vago recuerdo, aún presente en su subconsciente. Humedeció sus labios, asintiendo. — A tú cargo quedo.

⠀ ⠀ 𝐆𝐚𝐥𝐚 𝐲 𝐬𝐮𝐛𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒂𝒗𝒆𝒓𝒂 ⠀ ⠀

ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ 𝔦 𝑤𝔞𝔫𝔫𝔞 𝔥𝔲𝔯𝔱 𝑦𝔬𝔲 𝔧𝔲𝔰𝔱 𝔱𝔬 𝔥𝔢𝔞𝔯 𝑦𝔬𝔲 𝔰𝔠𝔯𝔢𝔞𝔪𝔦𝔫𝔤 𝔪𝑦 𝔫𝔞𝔪𝔢 𝔡𝔬𝔫'𝔱 𝑤𝔞𝔫𝔫𝔞 𝔱𝔬𝔲𝔠𝔥 𝑦𝔬𝔲, 𝔟𝔲𝔱 𝑦𝔬𝔲'𝔯𝔢 𝔲𝔫𝔡𝔢𝔯 𝔪𝑦 𝔰𝔨𝔦𝔫 𝖎 𝒘𝖆𝖓𝖓𝖆 𝖐𝖎𝖘𝖘 𝒚𝖔𝖚 𝖇𝖚𝖙 𝒚𝖔𝖚𝖗 𝖑𝖎𝖕𝖘 𝖆𝖗𝖊 𝖛𝖊𝖓𝖔𝖒𝖔𝖚𝖘 𝖕𝖔𝖎𝖘𝖔𝖓 ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ

— Algo reticente, pero colgando del brazo del director de cine, igualmente. — ¿Estás seguro de qué estoy invitado?

⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀𝐠𝐚𝐥𝐚 𝐲 𝐬𝐮𝐛𝐚𝐬𝐭𝐚 ⠀⠀⠀⠀⠀⠀𝐝𝐞 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒂𝒗𝒆𝒓𝒂 ⠀⠀⠀

—Acompañado, por supuesto, de @mattiaf.bsky.social del brazo—

ㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤ❝ 𝒂𝐫𝐞𝐧𝐭 𝐰𝐞 𝐬𝐮𝐩𝐩𝐨𝐬𝐞𝐝 𝐭𝐨 𝐜𝐨𝐯𝐞𝐫 ㅤㅤㅤㅤ𝐨𝐮𝐫 𝖇𝒂𝐜𝐤𝐬, 𝑚𝑦 𝑙𝑜𝑣𝑒? ❞ ✧ ㅤㅤㅤㅤ⧼ sɴᴇᴀᴋ ᴘᴇᴀᴋ 𝙵𝚁𝙾𝙼 𝚃𝙷𝙴 𝙿𝙰𝚂𝚃. ⧽ ㅤㅤㅤㅤ... ㅤㅤ ㅤㅤ

// Sábado tarde/noche siempre suele ser buen momento, pero el viernes también me viene bien

@angeliquegoodwill.bsky.social — Iba con prisas, la tormenta amenazaba con caer de manera inminente y el muchacho, con astucia, decide cortar por el callejón techado entre dos tiendas cuándo, accidentalmente, choca contra la joven. — 𝘔𝘪 𝘥𝘪𝘴𝘱𝘪𝘢𝘤𝘦 𝘵𝘢𝘯𝘵𝘰, 𝘴𝘤𝘶𝘴𝘢.ᐟ 𝘚𝘵𝘢𝘪 𝘣𝘦𝘯𝘦.ᐣ Ehm… ¿Estáis bien?

— La mención de Gino provocó que cayera su sonrisa, mirada que apartó y acabó al fondo de esa copa vacía. Manos sobre sus muslos. — . . . No, y dudo qué vuelva a verle.

— Aprovechó para pedir un par de copas, mirada que encontró la del camarero, mientras su acompañante se le unía. Bueno… Encogió los hombros, sonrisa relajada. — Me hubiera hecho ilusión, una pena que no fuera así.

— Oh, ¿iba a acompañarle? Cruzó los brazos, perezosamente. Sin prisa, con su atención en el contrario y una expresión curiosa. — Ojalá tener ese tipo de tiempo libre.

¿Cómo? He llegado primero, sería imposible saberlo. — Acompañó su risa, girándose en su dirección para poder mirarle mejor. —

— La sección de casas en venta, pisos disponibles. Suspiró, lanzando el periódico sobre la superficie: Frustrado, dió un largo sorbo a su copa. Entonces, le vio. — ¿Me estás siguiendo, Judas?

— En algún pub, sentado en alguna mesa leyendo el periódico, copa en la diestra. —

Quizás en un futuro, ¿quién sabe? — Propuso, con su idealismo natural, y se despidió de Dorian. Por supuesto, las cercanías y confianzas de Judas no pasaron desapercibido para el rubio, quién no hizo por apartarse. — No, creo que voy prefiero irme a casa sobrio.

Oh, — Suspiró aliviado, entendido ahora el juego. Había que beber y jugar con las cartas, asumió. — no te preocupes, tengo aguante. Soy italiano.

No estoy seguro ahora… — Medio bromeó, curioso y nervioso a partes iguales. —

Ah, señorita, no la había visto. — Hizo una leve inclinación con la cabeza, sonriendo con esa carisma suya. — Buenas noches.

— Frunció el ceño, en ligera confusión. — ¿Por qué? ¿Qué clase de juegos estáis llevando a cabo?

¿También jugabas a las cartas? — Inquirió, notando cómo sus defensas iban bajando con cada instante en presencia del moreno. —

/ Buenas nochesss

Judas, — fue a dar las buenas noches, pero recordando la noche anterior, el orgullo le hizo vacilar. — hey.

Marchaba para casa, pero… oí que andabáis por aquí.

Claro, me encantaría participar. Aunque sólo será una ronda o dos, debo marchar a descansar pronto.