Un chasqueo de dedos, y estaba rojo como una cereza. ¿Tenía que recordarle esos dos momentos, donde la lujuria venció a la razón? ¡Era su culpa! Que fuera atrevido y directo, demandante, era solo culpa de lujuria y de sus continuos juegos. Como ahora, que había insistido tanto en ponerlo contra[...]
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27 days ago