EL uruk hai se acercó amenazante y gruñó con voz profunda y terrible:
-A ver, Boromir, tienes que consentir para que te dejemos como un alfiletero a flechazos.
-¿Eh?
-Sí, macho, nos cubrimos las espaldas con los puritanos. Tenemos que tener tu consentimiento para matarte.
5 days ago