Como está sentada, abre un poco las piernas y lo agarra de la cintura para tirar de él y que se encaje entre ambas. —No, no lo tenemos. Y el que tenemos prefiero aprovecharlo contigo... Pero no te preocupes, protegeré a Katniss aunque me amenace con una flecha.

—Katniss no confía en nadie más que en sí misma y en aquellos que ve débiles, no sé si es porque asume que no tienen nada que hacer contra ella —Johanna está incomodísima en ese traje de árbol por mucho que le favorezca. Odia tanto color y tanta brillantina—. A Finnick y a mí nos odia.

—Estaba hablando con Finnick —al que se le ve alejándose—. Peeta y él son con los que mejor me llevo de por aquí. Además de ti, claro.

—Dime, rubito.

Noches.

Dios, cada día le gusta más este hombre...

—No lo haría porque solo quedándome podría ayudar a acabar con esto, pero te aseguro que ganas no me faltan. Porque no tenía nada que perder, hasta ahora... —Lo escuchó con atención, comprendiendo entonces el por qué de la insistencia con las gominolas—. Lo siento... ¿Cumples años el día +

—¿Y eso te convierte en una mala persona? Ya has sufrido demasiado, Haymitch. Nadie podría culparte por buscar un poco de paz —le besa la frente y suspira—. Yo también me iría contigo si pudiera, sin mirar atrás.

Johanna niega con la cabeza repetidas veces, abrazándolo con mayor fuerza. Como si eso pudiera alejarlo de todos sus miedos y de todo el dolor que lo destroza... Igual que a ella. —No digas eso. No lo eres. Eres la mejor persona que he conocido nunca. Eres... Eres tan especial para mí, Haymitch...

Aunque no sabe por qué Haymitch le pide esto, puede deducir que es por algo serio, y grave. Enseguida lo abraza contra su cuerpo, tratando de reconfortarlo. —Está bien, está bien... Lo prometo. Tranquilo...

La pregunta de Haymitch la descoloca. Abre los ojos, buscando su mirada, mientras acaricia sus mejillas con ternura. —¿Gominolas? Pero... ¿Por qué dices eso?

No es su intención perjudicar a Haymitch. Tampoco a Katniss y a Peeta, aunque la primera le cae como una patada en el hígado. Pero no puede alejarse de Haymitch... No cuando en pocos días los obligarán a separarse. Y tal vez para siempre. Levanta la cabeza lentamente, buscándole la boca.

Se mueve para refugiarse mejor en él, ocultando el rostro en su cuello. No se resiste a darle un suave beso en la garganta.

—Me encanta —se inclina para apoyar la cabeza en su hombro—. Y me gusta más porque es tuyo.

—¿Me lo regalas?

Buenas noches.

Me encantas con gorrito.

Noches...

—O porque no los he mirado como a ti...

Johanna suspiró, abriendo la boca para ofrecerle la lengua. Le resultaba imposible estar cerca de él y no tocarlo... No sabía qué iba a ser de ella cuando tuviera que entrar en la arena y no volviera a verle jamás.

—¿En serio? Oh... Es la primera vez que me lo dicen.

Toma su rostro entre las manos para acabar besándolo.

Le retira el pelo de la cara con delicadeza.

Noches.

Se le va a hacer eterna la tarde mientras espera para poder estar con él a solas.

—Perfecto —le roba otro beso antes de apartarse. Se despide del resto con la mano, sonriendo con diversión—. Siempre un placer —canturrea, alejándose.

Se apunta un tanto por haber escandalizado a Katniss. Se bebe la saliva de Haymitch hasta dejarlo seco, ignorando a todos los demás. Al separarse, lo mira a los ojos y sonríe con malicia. —¿Te veo esta noche, guapo?

Iba a ser solo un beso, pero es que es catar el sabor de este hombre y perder el sentido... Le clava la lengua hasta la garganta y le mete mano por todas partes.

Y ya que pasaba por aquí, le come la boca a @soyhaymitch.bsky.social.

créditos: romanovaeditor (tiktok).

Oh... ¿De verdad lo cree?

Ojalá pudiera volver con él..

Se lo dirá más pronto que tarde... Porque igual no hay un tarde.

Noches.

Cada vez lo ve más guapo, no puede evitarlo.

Por supuesto que con él se olvida de todo y eso es un claro aliciente para querer estar a su lado, pero no es lo único. Haymitch le gusta de verdad, tiene algo que le atrae y la cautiva como no lo ha tenido nadie jamás. Sonríe con diversión al ver esa reverencia. —Entonces en la tuya.

Ella sabe muy bien que Haymitch desempeña su papel, como todos. Pero eso no significa que no tenga su picardía y su humor, al menos en la intimidad. Sonríe ante su pregunta, traviesa—. Pensé que no ibas a pedírmelo nunca... Nos veremos. ¿En tu habitación o en la mía?

—Supongo que querrán probarlo todo —está hablando en susurros todo el rato, discreta. Hoy va vestida con todos los lujos, predominando el verde y el negro en su carísimo vestido. También la sombra de ojos es negra con purpurina verde—. Yo también siento ganas de vomitar al verlos.

—Un poco canalla sí eres —va, tal y como él le pide, y acerca los labios a uno de sus oídos para susurrar—. Pero me gusta...

—A esos ricachones poniéndose hasta arriba de comida... ¿Sabías que eso que beben les hace vomitar para poder seguir zampando? Asqueroso.

Uf, esa miradita...

Noches.

Ella también está redescubriendo un lado de sí misma que hacía mucho tiempo que no veía la luz. No debería permitírselo en un momento tan crítico como este, pero con Haymitch el sale natural. —Creo que Katniss nos odia a todos, menos a Majara y Voltios. Pero tranquilo, prometí protegerla y lo haré.

Tal vez, pero estoy segura de que hiciste cuánto pudiste por ellos. Y, sobre todo, que sus muertes te importaron. Ya es más de lo que muchos mentores pueden decir... —Deja una sutil caricia en su mentón al dejar caer la mano—. Aún así, te entiendo... Es terrible.

—Que les maravilles con tus encantos, claro está —acerca una mano a su rostro y le retira un mechón rubio del flequillo—. Aunque tampoco me sorprende que hagas hasta lo imposible para ayudar a tus chicos. Tienen mucha suerte de tenerte.

—.

—Eso no me sorprende... —Se arrima un poco a él, la sonrisa aún bailando en sus labios. A ella también la tiene maravillada con sus encantos.

—Bien, siempre es bueno entrenar para matar a todos los que te rodean —ironiza con ese toque de humor que parecen compartir los dos. No está enfadada con él por la pregunta, sino con todo aquello que los rodea—. ¿Qué tal tu mañana?

—Tal vez... —Esboza una sonrisita divertida. En realidad estaba bromeando, aunque no le importaría que todas las sonrisas de Haymitch fueran para ella—. Pues aquí me tienes.