Y el hombre santo, ante tantas desgracias en su vida, clamando al cielo preguntó: Señor, señor, soy un buen cordero de tu rebaño, justo entre los justos. Entonces: ¿por qué me odias?
Y dios entre risas respondio: No te odio, solo me divierto comprobando día tras día que eres un perfecto imbécil.
3 months ago