El gato se ha quedado encerrado en el arenero y total empatía con él: yo también he estado atrapado en un baño y no recomiendo la experiencia.

Buenos días. open.spotify.com/intl-es/trac...

Los he contado y en mi barrio hay el mismo número de boxes de crossfit que establecimientos de empanadas argentinas. Me queda desentrañar qué esconde ese misterioso equilibrio.

Recuerdo que mi gran caballo de batalla cuando estaba soltero era el siguiente: quedar en mi casa. ¿Qué te gusta? Cenemos en mi casa, yo te lo preparo. Y lo que parecía una burda treta de pervertido sólo escondía el deseo de ahorrar dinero y de paso luchar contra la hostelería.

Dicen que la UNESCO va a declarar patrimonio de la humanidad la torre de platos sucios que he acumulado en el fregadero.

¿Mi bien más preciado? La sartén de acero inoxidable. Inconcebible que haya estado tantos años ignorando las infinitas ventajas de tal maravilla de la ingeniería humana.

¿No es una cosa increíble dormir? De repente desconectas y pum, te quedas moñeco unas cuantas horas. Como si nada. Todo normal. Y así todos los días. En fin, buenas noches.

Fíjate, al final la teoría de la conspiración más genuinamente cierta era la del sionismo controlando el mundo en la sombra. Qué cosas.

Hijo mío, algún día todo esto será culpa mía.

Últimamente me ocurre que escribo aquí tres tonterías y me quedo con la sensación de haber dado el callo. Tremenda jornada de trabajo en bluesky la mía. En fin, lo de ser un vago es una cosa.

En nadie he puesto tantas esperanzas y me ha decepcionado tantas veces como la siesta. Pero no importa. Es una piedra en la que seguiré tropezando las veces que haga falta.

He comprado un saco de magníficas patatas. Muchas expectativas con ellas. Hypeando unas patatas estoy. No necesito más emociones en mi vida.

Decidme que no soy la única persona que jamás ha preguntado algo a una puta IA de los cojones.

Qué vergüenza morir ahora y que en la autopsia se descubra que hoy me he tomado tres infusiones de manzana cúrcuma con canela y jengibre.

Voy de nihilista pero luego cronometro al segundo el tiempo de cocción de los huevos.

Anoche me acosté pronto y, atención, he dormido razonablemente bien. Lo cual tiene su punto negativo: hoy no tengo excusa para ir por la vida arrastrando los pies.

Buenos días.

La dictadura fue una etapa oscura para España pero tuvo un pequeño momento descacharante cuando los chopocientos aspirantes al trono de España competían entre sí para ser elegidos por Franco como legítimo sucesor.

Yo si tengo un día ocioso no perdono el paseíto de 15 km. Primero un poco de zonas verdes para intentar hacer creer a mi cuerpo que no vivo rodeado de cáncer. Y luego otro poco de vagar por la ciudad como el que va a una pajarería a sentir lástima de los animales.

¿Madrugar? El última instancia sólo me provoca cierta sensación de vacío existencial a mitad de mañana al comprobar que ya he hecho todo lo que tenía que hacer y aún quedan tres horas para comer.

¿Lo mejor de la soledad? Que cuando hago café me sobra para el día siguiente. Y poco más, la verdad.

¿Lo mucho que me gustan las zanahorias? Es una maravilla tener vicios de a un euro el kilo, la verdad.

Soy el primero que odia cuando la gente bloquea las escaleras mecánicas, pero tampoco hace falta pasar por encima de una persona mayor hasta el punto de tirarla.

Se hizo de rogar.

Mínimo descenso de temperaturas y ya le tienes tomando el sol. Es un auténtico maestro del espacio y el tiempo.

Siempre me ha fascinado el arrojo y la imprudencia de las personas mayores cruzando la calle. No importa si está en rojo o si están pasando coches. Ellos se adentran en la carretera a un kilómetro por hora y ya se verá. Sudapollismo extremo.

Una cosa he de confesar: se me está yendo de las manos el tema de pensar en voz alta mientras paseo. Lo que comenzó como una simpática excentricidad ha derivado en dar mucho la nota. Los murmullos han pasado a ser muy audibles, gesticulo de manera notoria, provoco cambios de acera.

Hice una foto de mi comida con el único objetivo de compartirla con vosotros, pero no salió como esperaba. Tras este palo veo difícil que el día pueda remontar.

Mi trabajo me permite ser pedante pero también hacerlo en calzoncillos. ¿Qué más quiero?

Pequeños triunfos: un nuevo día en el que tengo la oportunidad de usar repetidas veces la expresión "pensamiento profiláctico".

Siempre fui partidario de la autodestrucción, pero últimamente siento que el mundo insiste en hacerlo por mí. Ni lo más básico le dejan hacer a uno.

Series que he visto en el último año: Doctor en Alaska, los Soprano, Twin Peaks. Para nada estoy atrapado en un bucle de nostalgia por un mundo que se esfumó antes siquiera de poder conocerlo.

Este mes me ha ido bien y ya me estoy gastando el dinero en parmesano del bueno y kéfir de cabra.

Me he despertado de la sienta creyendo que Felipe González era el presidente del gobierno.

Sucesión de hechos: compro ochocientas toneladas de papada ibérica para hacer una carbonara de andar por casa. ¿Y ahora qué hacemos con todo esto que ha sobrado? Pues manteca de cerdo. Y ya no hay marcha atrás. Enamorado de cocinar con manteca.

El verano y sus peligros van llegando a su fin y voy a volver a salir indemne: no he pisado una piscina.

Necesito cortarme el pelo, pero mi peluquero está de vacaciones. ¿Qué hago? ¿Voy a otro? ¿Así de frágil es nuestra relación, rota por una infidelidad del mes de agosto?

Volví a la rutina, pero si cierro los ojos aún puedo sentir en la piel la visita al Mercadona de Linares. Dicen que uno se va de los sitios, pero los sitios permanecen en ti. Algo de verdad debe haber.

Germinó una raíz de jengibre olvidada en el frutero. Me sentí moralmente obligado a pasarla a una maceta. No se puede ignorar una vida que lucha por abrirse camino. Son las reglas de esta cocina. La excepción son las patatas. Las patatas, en este caso, que se jodan.

Buenos días.

Considero que existe una clara relación entre el auge del fascismo y la proliferación de terrazas de mierda ocupando las aceras.

¿Cuántas bombas podría haber fabricado con lo que pago de alquiler?

En mi calle hay tirada una pedazo de bolsa llena hasta los topes de pollo. Esta ciudad es mágica.

Se ha reunido un comité de expertos y han decidido que hoy no voy a hacer ni el huevo.

Una cosa os voy a decir: el mejor hilo musical, el del Aldi.

Sospecho que no es la mejor decisión, pero insisto en comprar sandías enteras. Ocho kilos de sandía tenemos hoy. ¿Voy a comprar media? ¿En serio? ¿Acaso no puedo comerme una entera? Por supuesto que puedo. En fin, qué puedo decir. Sólo soy un hombre asustado y sin referentes morales.

Hablé con mi madre. Lo primero que me dice es "¿vas a venir el domingo?" Y en ese momento mi cerebro comienza a procesar datos al máximo de su capacidad. ¿Y esa pregunta tan específica? ¿Qué ocurre el domingo? Piensa, piensa. AH, QUE ES SU CUMPLEAÑOS. En fin, es agotador ser una persona horrible.

Bueno, ya es oficial: me he adentrado en el mundo del matcha. Me pregunto qué nuevas sorpresas nos deparará esta crisis de la mediana edad.

¿Lo mejor de comer en casa? La sensación de CONTROL. Se come lo que yo quiero, preparado a mi manera y a la hora que me apetece. Pura y cristalina paz mental.

El mejor momento del año para estar en Madrid, si me preguntáis. Lo cual nos lleva a la inevitable conclusión de todos los años: sobra gente.