El procés fue un intento populista de destrucción del mundo común, no tan solo entre catalanes y españoles, sino entre los mismos catalanes. Su instrumento fue la postverdad, esos hechos alternativos que construyen una realidad paralela, creadora de identidad y excluyente. elpais.com/espana/catal...

Durante este mes sin bombardeos sobre la Franja, sus habitantes están sufriendo las agresiones de los colonos y la presión del ejército en un grado desconocido en toda la historia de la ocupación desde 1967. elpais.com/opinion/2025...

Donald Trump habla, piensa y se comporta como un autócrata. No oculta su admiración por las autocracias y su amor por los autócratas, puesto que quiere ser uno de ellos. Pero no es un autócrata, muy a su pesar, tal como ha quedado demostrado esta semana en las urnas.

Tanto en las calles como en las urnas, los ciudadanos le han dicho a Trump que Estados Unidos no tiene rey elpais.com/opinion/2025...

Entre Putin y Trump, la carrera nuclear está otra vez en marcha; el régimen de no proliferación en crisis; y, finalmente, las plantas nucleares civiles, como Chernóbil y Zaporiyia, han sido incorporadas a los combates, en una peligrosa militarización de la industria civil.

Ni el rearme ni la escalada sirven para evitar la guerra nuclear, al contrario. Solo pueden evitarla la reducción de los arsenales y el desarme. Cierto, el mundo es una casa llena de dinamita.

Cuando entramos en una nueva era nuclear, hay que recordar en manos de quien está el botón de la bomba de Estados Unidos, alguien que agota los adjetivos a la hora de definir su personalidad: errática, imprevisible, confusa, presuntuosa, ignara, irresponsable, narcisista…

Ni el rearme ni la escalada sirven para evitar la guerra nuclear, al contrario. Solo pueden evitarla la reducción de los arsenales y el desarme. Cierto, el mundo es una casa llena de dinamita.

Puigdemont es un artista que se esmera al bajar las escaleras. Acomete su descenso con brío y prestancia, como si encadenara gloriosas batallas en vez de derrotas. Combina la arrogante superioridad de los vencedores con los doloristas lamentos de las víctimas de la historia.

Ninguno de los argumentos de Puigdemont se acerca a las causas de la ruptura, que es la verdad dolorosa del sorpasso de Aliança Catalana que auguran muchas encuestas. elpais.com/espana/catalun… via @el_pais

Con los antecedentes de la ocupación china de arrecifes e islotes en aguas territoriales ajenas, fácilmente se puede deducir que Pekín puede entender el los ataques marítimos de EEUU como la luz verde para acciones armadas de acoso a países vecinos, especialmente a Taiwán.

Convertido el llamado Sur Global en una Mayoría Global antieuropea, en palabras exactas de Putin, podría captar incluso como socio para los negocios a unos Estados Unidos definitivamente instalados en el populismo autoritario del trumpismo.

En el mapa de la victoria que Putin tiene en la cabeza resulta crucial la ruptura del lazo transatlántico y una alianza anti-OTAN alrededor de Rusia y China, con Corea del Norte e Irán para la guerra y el llamado Sur Global entero para la paz.

Todo es volátil e imprevisible, salvo el delirante culto a su vanidad, la depredación económica asegurada y su potencia destructiva contra el orden constitucional de su país, la legalidad internacional, e incluso la arquitectura de la Casa Blanca. elpais.com/opinion/2025...

Trump ha oficiado una de sus habituales ceremonias de la confusión, atento al último adulador con quien habla. Iba a mandar misiles Tomahawk a Ucrania, pero dos horas de charla telefónica con Putin han bastado para ver al presidente asaltado por el síndrome de la pusilanimidad.

Las cuatro evocaciones presidenciales evocan una España sin Barcelona y sin catalanes. La capital catalana solo aparece, y para mal, el 1 de octubre de 2017, olvidada al citar los Juegos Olímpicos que celebró España por primera vez en el año de la Expo de Sevilla.

Trump Iba a a mandar misiles Tomahawk a Ucrania, pero dos horas de charla telefónica con Putin, magistral en la adulación como en la amenaza y el engaño, han bastado para ver al presidente más duro asaltado por el TACO, el síndrome de la pusilanimidad (Trump Always Chickens Out).

"Leaders of Young Republican groups from across the nation “referred to Black people as monkeys and ‘the watermelon people’ and mused about putting their political opponents in gas chambers." www.nytimes.com/2025/10/19/o...

Con Trump, la solemnidad y la seriedad de las decisiones históricas han sido sustituidas por el espectáculo, la chanza de mal gusto y la exhibición del poder de la fuerza y del dinero.

Nada de los grandes cambios geopolíticos de nuestra época, quizás expresión de un cierto ensimismamiento español de profundas raíces históricas. Como si el síndrome de La Moncloa, que en una u otra medida todos han sufrido, fuera el síndrome de España. elpais.com/espana/catal...

Un nuevo y grotesco culto a la personalidad está ya plenamente instalado en el ombligo de la vida internacional, con el Despacho Oval como pretencioso y cursi salón del trono donde se apelotonan los vasallos domésticos y foráneos. elpais.com/opinion/2025...

Los más extremistas y violentos de ambos lados, auténticos motores de las guerras, pueden admitir treguas, pero todos odian y temen la paz verdadera, la que exige dolorosos sacrificios y concesiones en pos de un nuevo orden pacífico y justo.

Nada avanzará si no es en dirección hacia la autodeterminación y la creación de un Estado palestino, tal como admite, más que propugna, el plan de paz. Es la pelea crucial, incorporada por presión de los vecinos árabes y la amplitud del reconocimiento internacional de Palestina.

El segundo tramo de la negociación no puede dejar fuera a Cisjordania y Jerusalén. Si se quiere avanzar, tocará congelar las colonias y los proyectos para dividir e incomunicar Cisjordania. No habrá negociación sólida sin la participación directa de los gazatíes.

Para los palestinos es la hora de ganar con las armas políticas y diplomáticas lo que nunca ganaron ni ganarán por la violencia. También la oportunidad para que se incorporen NNUU y la Unión Europea, de forma que el actual unilateralismo mute en multilateralismo.

Trump ha dictado el alto el fuego pero no puede dictar nada más, porque la verdadera paz va para largo. Incluso ha enmendado su idea inicial de tregua. Ha sido un ultimátum, pero se dirigía tanto a Hamás como a Netanyahu.

Se mire como se mire, es mérito entero de Trump, pero ni es la paz ni él podrá poseerla como posee su fortuna. Lleva la marca de la diplomacia intimidatoria surgida de las 'malas calles' de los grandes negocios inmobiliarios neoyorquinos. elpais.com/opinion/2025...

Sin mención a Cisjordania, en plena gazificación, todo parece dispuesto para que nada cambie e incluso empeore tras una aparente y efímera mejora. Es el regreso a 1948, casilla de salida del mandato británico con una Nakba peor, más sangrienta, casi sin territorio y sin la ONU.

Sin cobertura de la legalidad internacional y sin Naciones Unidas, el unilateralismo que propicia la vigente ley del más fuerte se suma a la brutalidad ejecutiva de los grandes negocios entre gobiernos autocráticos y la Casa Blanca trumpista.

Las bases municipalistas de Junts han pasado de la movilización permanente en los años calientes a la desorientación promovida desde Waterloo, campo abonado para otros más radicales y arrojados en el cultivo de los tóxicos gérmenes identitarios. elpais.com/espana/catal...

Nadie puede decentemente oponerse a que callen de una vez las armas y renazca la vida entre las ruinas. Aunque sea una paz dictada e impuesta por designio e interés del emperador. elpais.com/opinion/2025...

Najat el Hachmi sobre “el narcisismo patológico que lleva a convertir cualquier reivindicación política, que no puede ser más que colectiva para tener algún efecto, en un selfi donde el centro soy yo, y yo y yo.” elpais.com/opinion/2025...

Los drones rusos de 2025 evocan la crisis de los misiles en Cuba de 1962, cuando Nikita Jruschov sitúo por unos días al mundo al borde de otra guerra mundial.

La guerra de Ucrania ha entrado en una nueva fase, más peligrosa que las anteriores, con la que Putin somete a una prueba de tensión a las defensas de la OTAN, la cohesión entre los aliados y en especial el artículo 5 sobre la solidaridad entre los países socios.

Esta vez le toca a Europa salir del atolladero. Nadie más resolverá esta crisis favorablemente a Ucrania si no lo hacen los divididos, débiles y distraídos europeos, acechados crecientemente por el extremismo putinista dentro de cada uno de los países. elpais.com/opinion/2025...

El nacionalismo catalán está sufriendo una transformación histórica, que afecta a la propia tradición progresista, hegemónica desde hace un siglo, y se desplaza hacia la extrema derecha nacionalpopulista predominante en Europa y en Estados Unidos. elpais.com/espana/catal...

En respuesta al asesinato de Charlie Kirk, el trumpismo acaba de descubrir la cultura de la cancelación y un wokismo de derechas más radical y poderoso que el de izquierdas.

El Pentágono atenderá sobre todo a las tareas de casa, en las fronteras para evitar la entrada de inmigrantes o en las calles para detener y deportar a indocumentados y mantener la ley y el orden. elpais.com/opinion/2025...

El Israel militarizado e imperialista de Netanyahu conduce a la guerra sin fin y a la consecuente destrucción de la democracia, además de la pérdida de toda idea de ejemplaridad por parte del pueblo que se había considerado la luz de las naciones. politicaprosa.com/es/israel-ag...

Ninguna protección ante Israel ha significado para Qatar que albergue la mayor base de EEUU de la región ni que su familia gobernante mantenga estrechas relaciones, comparta negocios y llene de regalos al presidente estadounidense. Todos los vecinos árabes han tomado nota.

La guerra, siempre incierta, no ha dicho todavía su última palabra, que con frecuencia suele acompañar con el castigo a la desmesura y arrogancia de los vencedores.

El ataque israelí a Qatar ha desencadenado un terremoto político en Oriente Próximo. Estados Unidos ya no es el socio fiable que garantizaba la seguridad a los árabes del golfo. Nadie se puede sentir seguro con un vecino como Israel. elpais.com/opinion/2025...

Es notable el mérito independentista en la eclosión de Vox y de Aliança, en un caso por amedrentar y en el otro por decepcionar. Se pretendía una república de ciudadanos, pero fue esencial la pulsión identitaria, catalizadora de síndromes autoritaritarios y políticas de exclusión.

El Estado fundado por Ben-Gurión sufre una mutación que hace temer por su futuro y el de su democracia. “Si tuviera que escoger entre un Israel pequeño con paz y un Israel más grande pero sin paz, prefería el primero”, sentenció el padre de la patria.

Difuminada la polarización organizada alrededor de la independencia, el relevo llega de la mano del mito y fantasma de la Gran Sustitución, la conspiración para disolver la población autóctona mediante la masiva llegada de población inmigrante. elpais.com/ideas/2025-0...

Hamas ya no es un peligro estratégico para Israel. Por el contrario, es un peligro para los palestinos y la coartada de Netanyahu para seguir la matanza y buscar la anexión. elpais.com/ideas/2025-0...

¿Cómo serán las próximas elecciones de mitad de mandato? ¿Llegará Trump a la osadía de presentarse en 2028, tal como ya reivindican las gorras que muestra a sus invitados europeos en la Casa Blanca? ¿Estamos todavía a tiempo o llegará pronto el momento en que será demasiado tarde?

Con los contrapesos y equilibrios averiados, es ocioso seguir hablando de división de poderes en Estados Unidos. La discusión ya no versa sobre la acelerada marcha autoritaria, cierta, comprobada, sino sobre el inmediato futuro de la democracia.

Putin nada cede porque Trump nada le demanda. Al contrario, le ofrece su complicidad dilatoria y su colaboración en el sometimiento de los europeos. Actúa como un agente objetivo del Kremlin, aunque no puede descartarse que lo sea también subjetivo. elpais.com/opinion/2025...

Un nuevo y extraño orden internacional, basado en la adulación, el chantaje y la mentira, lleva a la rendición incondicional ante la vanidad, la codicia y el resentimiento que Trump reivindica con descaro a sus aliados europeos.